UNA CARTA DE LA ISLA DE ALICE

POT SER UN XIC DE SPOILER O UNA GRAN CARTA D'AMOR, ESCULL L'OPCIÓ QUE PREFEREIXIS: 

Una de les cartes més boniques de LA ISLA DE ALICE: 


Querida Bresnam, 

Te escribo entumecido y débil, con la visión borrosa. Mareado y con el peor dolor de cabeza de mi vida. Llevo noches sin dormir. No me puedo concentrar y estoy asustado, que es algo que rara vez me ha pasado en la vida. 

No me he creído la mentira de la mentira. Curiosamente lo he disimulado bastante bien, cosa que tampoco me gusta. No me gusta sentir que soy un buen mentiroso. Creo que he logrado que te la creyeras, e incluso que se la creyera Alice. La dos mentiras. Pero no he conseguido engañarme a mí mismo. Me he quedado contigo instalado en una fantasía sin resolver que se ha ido haciendo más y más grande. Y noto qu está  apunto de estallarme en la cabeza. Por eso me voy. 

Voy a dejar de venir, mi querida Bresnam. Hemos fingido superar esto juntos, como dos personas adultas y razonables, que saben colocar las cosas en su sitio y convivir en armonía. Pero lo cierto es que yo he seguido deseando todos los días besarte los hoyuelos y olerte el pelo sin disimular, entre otras cosas. Así que no tiene sentido seguir.

No soporto fracasar, y ahora mismo siento que lo estoy haciendo. Con todos a la vez. Y alguien tiene que salir ganando de todo esto, ¿no? ¿Qué ha pasado, Bresnam?  ¿Qué me ha pasado? ¿Qué nos ha pasado? Este tenía que ser el sueño de mi vida, por el que llevo ahorrando desde los doce años ¿no? Tiene que serlo. Entre otras cosas porque nos ha llegado el dinero justo para terminar el molino. Lo digo en plural porque tú lo has administrado casi mejor que yo. La mochila de Donatello está vacía. No puede ser una simple casualidad que vaya a Dan's True Value a comprar un candado para colocarlo en la puerta de entrada al estudio de Alice, para que ella y solo ella tenga la llave de acceso a su mundo, y Dan me cobre 15 dólares, justo lo que queda en la mochila. Eso y un poco de calderilla. Eso tiene que significar algo, ¿no? Es una cosa buena. Esto no puede acabar mal. Esto no puede acabar así. Pero no puedo dejar de plantearme si esa pasión que echaba de menos, que necesitaba, que encontré en el molino, junto a ti, tenía que ver con carencias en mi relación, con falta de ilusión. Si mi gran gesto de amor tenía que ver con la ausencia del mismo. Yo que pensaba que tal vez le estaba cortando las alas a Alice, que le quería dar unas nuevas para que volara, ahora me planteo si era yo el que tenía las alas cortadas, si todo esto en el fondo era para mí, para volar yo. Porque esto era un sueño para nosotros, para la familia, pero sobre todo para Alice. Y sin embargo, por más que quiero convencerme de lo contrario, no lo consigo. Quiero borrarlo de mu mente y no puedo, y es algo que debo averiguar, despejar. 

Así que de momento no voy a volver porque me da miedo vivir cerca de tu y averiguar qué pasaría o dejaría de pasar. Siempre pensé que esto no duraría, que el poder de la novedad pronto me soltaría. Pero han pasado mas de dos años; la novedad hace tiempo que dejó de ser novedad y sigo igual o más atrapado. Necesito tiempo. Vuelvo a la realidad, voy a abandonar esta mentira. Deseo estar contigo, pero quiero a mi mujer. Ella es mi realidad, ella y mis hijas. No es un acto de sacrificio y generosidad, es un acto de egoísmo. Estoy haciendo lo que considero mejor para mí. Quiero ser un buen marido, un buen padre, una buena persona. Por mí, para mí. Y, para que eso ocurra, tengo que volver a casa, que es algo que no he hecho de verdad en estos meses, Me toca volver junto a mi mujer y traer una niña preciosa al mundo.

Pero te juro que volveré con los problemas resueltos y las preguntas despejadas. Limpio. Pueden pasar semanas, meses, tal vez años, pero volveré. Solo que aún no sé con quién, o a por quién. No te estoy pidiendo que me esperes. No lo hagas, Bresnam. Aunque esté en mi lista de fantasías. Sobrevivió a la quema de cartas porque estaba en mi cabeza, y ahora me arde por dentro. Necesito que me deje de quemar la cabeza. 
Y sé que habíamos quedado en dejar de llamarnos Bresnam y LeCaptain. Pero es que tú para mí siempre serás mi Bresnam. Y yo, tu LeCaptain. Siempre tuyo. 

TQM, Bresnam. 
Y a ti también, Barb.

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